Mi gusto por danzar inicio desde muy pequeña, en programas escolares, en eventos culturales, solo como un hobby; a partir de los 16 años inicie una formación en danza tradicional. Desarrollé mis habilidades en la agrupación “La Choza – Inti Wayra”, Danza Tradicional de la Facultad de Ciencias en la Salud, fui instructora y creadora escénica en el grupo folclórico “Saminay”. Actualmente pertenezco a la Academia de Artes de Danza “La Choza”. Lo que motivo al danzar desde pequeña fueron los sonidos, la sensación que crea la música en mi cuerpo. También el ser observada y tomada en cuenta. En el ultimo año he creado sensaciones diferentes, como la liberación de estrés, sentir la música y apropiarme de ella. Al danzar me siento feliz y tranquila, con sensaciones de libertad y resiliencia. Tengo varias razones para seguir danzando, entre ellas, difundir las costumbres y tradiciones de mi país, generar un legado de apropiación al arte, pero la mas importante seguir sintiendo paz en mi mente y en mi cuerpo. En mi futuro me gustaría ser una Samanta empapada de conocimiento cultural y ancestral, una persona consciente sobre lo que danza. La cultura es un legado que debe transcender las generaciones, es importante que desde los niños hasta los adultos practiquen algún método de difusión cultural y si existe el talento, puedan desarrollarlo mediante la danza.

